Reflexión...
Jamás se ha de renunciar a tus sueños. Aquello por lo que más has luchado, sino, todos tus esfuerzos no habrán valido la pena. Si luchamos hasta ahora, ¿por qué dejar de luchar? No podemos rendirnos sólo porque las cosas se pusieran más difíciles de lo que esperábamos. Nunca debemos hacerlo ya que luego nos arrepentiremos y, en ocasiones puede que sea ya demasiado tarde.
La vida es un camino lleno de piedras, una cuesta arriba donde llegar a la cumbre no es fácil. Pero sólo por la satisfacción que podamos llegar a sentir cuando se esté arriba, en la cima, en lo más alto, merece la pena intentar llegar. Es una tontería quedarse a medio camino porque el único obstáculo que se interpone en tu camino, eres tú. Tú te pones los límites, las barreras que te impiden llegar al éxito.
Somos unos cobardes al no luchar por nuestros sueños. Cobarde por no creer en uno mismo, por la baja autoestima, por no afrontar nuestros miedos e intentar ser valientes. No permitamos que, por aquello que tanto hemos luchado, se convierta en una utopía y, recordad que la esperanza es lo último que se pierde.
Querer es poder; si quieres puedes, y puedes porque tú quieres.
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